LIMA, Perú (AP) – Aumentaron las presiones sobre el presidente interino de Perú para que renunciara el domingo luego de una noche de protestas en la que murieron dos personas y se profundizó la agitación política en el país.
Al menos nueve miembros del gabinete de Manuel Merino renunciaron y el presidente del Congreso programó una sesión de emergencia para discutir la renuncia del líder.
Los caóticos eventos se produjeron cuando miles de personas marcharon por las calles de Lima con máscaras y carteles que decían: «Merino no es mi presidente». Las autoridades dijeron que dos hombres, de 24 y 25 años, murieron por heridas de bala durante las manifestaciones.
Merino, un político y productor de arroz poco conocido, ascendió al cargo más alto de Perú el lunes después de que la legislatura votara para derrocar al expresidente Martín Vizcarra. Los legisladores utilizaron una cláusula que data del siglo XIX para declarar al presidente de «incapacidad moral permanente» basándose en acusaciones no comprobadas de que había aceptado sobornos mientras se desempeñaba como gobernador hace años.
Desde entonces, los peruanos enojados han salido a las calles en manifestaciones diarias acusando al Congreso de dar un golpe parlamentario.
Merino, quien hasta hace poco se desempeñaba como presidente del Congreso, no respondió de inmediato a las crecientes llamadas a su renuncia luego de las protestas del sábado.
El sábado temprano, el líder asediado negó que las protestas fueran en su contra y dijo a una estación de radio local que los jóvenes se manifestaban contra el desempleo y no podían completar sus estudios en medio de la pandemia de coronavirus.
Perú tiene la tasa de mortalidad por COVID-19 per cápita más alta del mundo y ha experimentado una de las peores contracciones económicas de la región este año.
El primer ministro Ántero Flores-Aráoz dijo a la radio RPP el domingo temprano que había estado tratando de comunicarse con el presidente sin suerte.
Las protestas son diferentes a las que se han visto en los últimos años, impulsadas en gran parte por jóvenes típicamente apáticos hacia la política notoriamente turbulenta del país que ven la salida de Vizcarra como una toma de poder por parte de los legisladores.
Las encuestas muestran que la mayoría de los peruanos querían que Vizcarra permaneciera en el cargo. El expresidente es popular por su cruzada anticorrupción, que generó frecuentes enfrentamientos con el legislativo, donde la mitad de los miembros están siendo investigados.
“Estoy muy triste por las muertes causadas por la represión de este gobierno ilegal e ilegítimo”, escribió Vizcarra en Twitter. «El país no permitirá que las muertes de estos valientes jóvenes queden impunes».
Las organizaciones internacionales de derechos han advertido que la policía está usando fuerza excesiva para tratar de sofocar las protestas. Decenas de personas han resultado heridas por balas de goma y se han lanzado gases lacrimógenos cerca de hogares y hospitales.
“Estamos documentando casos de brutalidad policial en el centro de Lima”, escribió en Twitter José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. “Todo indica que la represión contra manifestantes pacíficos se está intensificando”.
Fuente: Agencies (AP)